Por El País asoma.
Interesantísimo artículo de Manuel Rodríguez Rivero. El título en sí ya es bastante sugerente: "Acuéstate con un vampiro", pero aún lo son más las razones que, según él, nos llevan a las mujeres a desear a esta especie de bestias, que lo son. Pongámonos frías. Es decir, olvidemos su atractivo, su halo de misterio, su sabiduría –adquirida en siglos de, las más veces, atormentada existencia–, su piel blanca, su castillo, su chimenea, sus palabras, su voz... y pensemos que son tíos que están muertos, que no pueden ni ver el sol –es decir, nada de chiringuito en Cádiz ni cañita en la terraza–, que se alimentan de sangre (humana, claro), que duermen en un ataúd... y que su corazón no late. Vamos, es lo menos apetecible del mundo. En cambio, la calenturienta imaginación humana se ha encargado de convertir a esta especie de murciélagos en unos tíos que están buenísimos, que tienen pinta de Espronceda o Lord Byron, y que vuelven locas a las mujeres. Al parecer, y según se cuenta en el artículo antes citado, el atractivo que los vampiros ejercen sobre nosotras "refleja el profundo deseo de las chicas de conseguir el misterio, la protección y la sabiduría de hombres maduros".
¿Seguro?
¿O es que nos gusta más gustarle a un tío que es potencialmente peligroso pero que ve en nosotras a su dulce "princesita"?
Ay, lo dicho: si Freud levantara la cabeza...
El blog de Luisa Tomás
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miércoles, 11 de noviembre de 2009
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Ya lo dijo hace tiempo Candela (María Barranco) en Mujeres al borde..."Me enamoré de un terrorista chiita porque un hombre en constante peligro (y peligroso de por sí) se entrega más en la cama que un tío normal"
ResponderEliminarMe encantan los vampiros, siempre me han encantado. Me prendé del Drácula de Bram Stoker mucho antes de ver la interpretación de Gary Oldman y después de eso ni te cuento.
ResponderEliminar¿Qué más da que no les lata el corazón?Son capaces de atravesar océanos de tiempo por ti...
¡Malditos hombres en constante peligro!
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