¿Habéis visto la luna? Está llena y oronda, metálica. Preludia frío y pálidas noches de invierno. Encierra un enorme poder de atracción. En su blancura, es apacible como un vientre de mujer.
Protagonista de noches de amor y hermosas canciones. Tan distante y profunda, tan honda. Tan tersa. Intrigante y misteriosa, una "femme fatale".
Para ella, la primera reflexión del día; mía y de Chris Stevens.
"Es inevitable que alguien me llame diciendo: ¿Chris, qué te parece la luna? Y yo le diga algo amable como: sí, una noche maravillosa para bailar a la luz de la luna... o, me pregunto qué harán los enamorados esta noche. Pero, en vista de las vueltas que hemos dado en la cama estas últimas noches por miedo a dónde podrían llevarnos nuestros sueños, no estoy dispuesto a fingir que "El Hombre de la luna" está vigilando nuestros intereses. De ninguna forma. ¡Es demasiado bromista! Hasta que ese grandullón haga la maleta y se marche, guardad los utensilios afilados y quedaos cerca de alguien querido, si tenéis la suerte de tenerlo... Nos veremos por la mañana amigos. O a la luz de la luna. Lo que ocurra primero".
El blog de Luisa Tomás
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La luna (a veces se olvida), no tiene luz propia. La luz que refleja es la luz del sol. Pero no es menos cierto que si recibiéramos esa luz del sol de manera directa y sin ningún tipo de filtro, nos achicharraríamos sin remisión.
ResponderEliminarAsí; el principio femenino, es como el receptáculo sagrado donde es acogido todo principio creador. Acogido, acunado, mecido, suavizado y reflejado con la ternura de una madre.
El gran drama humano surge de la división, de la dualidad. Lo bueno y lo malo; el blanco y el negro; la luna y el sol.
El mayor reto al que nos enfrentamos es integrar todo lo que en la naturaleza es, todo lo que somos, y todo aquello donde la vida es manifiesta.
Martín Sáinz