El blog de Luisa Tomás

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miércoles, 17 de noviembre de 2010

Doctor en Alaska o cómo huir de los días grises


No, no es que quiera huir del otoño ni la lluvia, ni del invierno que amenaza... pero tanta fealdad me espanta. Si una se desayuna con los comentarios soeces, racistas, machistas y nauseabundos de cierto comentarista, pocas cosas pueden ocurrir –en vista de que aún me queda un buen rato de trabajo– que arreglen el día: algún email, escuchar un poco de música... o acordarme de que hay una parte del blog que tengo "semiolvidada": la referente a "Doctor en Alaska".

Hacer lentejas y prestar esta serie son en mi vida un acto de amor del que pocos privilegiados gozan. ¿Pocos? Dos: Manon y su señora esposa, mi Mar en calma –todo un torbellino–. Y aunque está feo citarse a uno mismo, lo voy a hacer para repasar por qué esta serie es tan importante para mí y caló tan hondo. Hoy, y otros muchos días, saco mi alma lunática para sobrevivir al espanto de las oficinas grises, de las rutinas, de los progres de postín, de los viejos verdes que van de defensores de la moral, de la jodida contractura, del olvido del amor, del peso de los fracasos, de la aplastante realidad, de las facturas y la falta de aparcamiento, de las soledades y las preocupaciones, de los que se quejan de la lluvia, de los que juzgan vidas y hasta las perdonan.

Y cuando cae este chaparrón y a una la pillan sin paraguas –ya se sabe, menos luz; la melancolía del otoño o las jodidas hormonas–, va corriendo a refugiarse a una de las cabañas de Cicely: hora de comer, ni dios en la redacción y todo un mundo de satisfacción en seriesyonkis. Hoy me quedo con el capítulo 20 de la tercera temporada de "Doctor en Alaska", mi favorita, creo.

El capítulo junta dos historias. Por un lado, la de un chaval que no puede viajar y lo hace a través de una caja de cartón, enviándola a distintos puntos del mundo. En cada lugar ponen algo propio del sitio, la sellan y la envían. Por otro lado, la muerte de Jesse el Oso, al que Holling no pudo matar –Jesse es más que un oso para el aguerrido Holling, pero hay que ver la serie para entenderlo–. Jesse muere de viejo y el viejo cazador honra su tumba como si fuera la de un héroe.

Grandes momentos de la historia de la caja lista –es tonta si ves tonterías– que hacen que estos días grises no lo sean tanto, aunque persista la lluvia y hoy no veamos el sol.


13 comentarios:

  1. Me gustaba esa serie, pero cuando más me enganché sus horarios eran infames. Me gustaba la vida que llevaba ese médico. Muy auténtica. Sienmpre la he asociado, no sé por qué, con esta canción

    http://www.youtube.com/watch?v=_7xcNBO60tI

    no sé como será el video, pero la canción me gusta :)

    Saludos, ¡y que el día vaya a mejor! :D

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  2. Gracias por la canción. El día siempre se arregla, ya que la idea es no acabar un solo día sin hacer algo que me guste. Aún quedan unas horas, algo haré.
    Bs y gracias

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  3. Entiendo que te refugies en Alaska, si vives en Madrid, tropezar en ese canal debe tener efectos perniciosos para la salud, al menos la mental.
    Besos

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  4. Pilar, sin comentarios a lo del comentarista.

    Manon, otra sonrisa pa ti.

    Besos

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  5. Sí había visto algún capítulo noctámbulo. Y me sorprendió gratamente. Sí, nuestros amigos los comentaristas, dios.
    Suerte que en este mundo sucio también existen docotres en Alaska.
    Un abrazo.

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  6. También es una suerte que te pases por aquí, Igor.
    Abrazos y gracias

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  7. Una de las mejores sensaciones de esta época tan triste y melancólica es sentarse delante de la tv o del pc y ponerse a revisar los episodios de Dr en Alaska. Es reconfortante, y te hace olvidar todo lo malo que hayas podido ver en varios días. Y el episodio que dices es tan tierno!!! Ya echaba de menos estas reflexiones sobre Cicely, qué bien vienen estos días.

    Un abrazo!!

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  8. sí, es genial. Larga vida a Cicely.

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  9. Me alegra un montón encontrar un blog que aún hable de esta serie. Todavía hay mucho que decir. La empecé a ver con 3 años, me escondía en el pasillo de mi casa en absoluto silencio para que mis padres no me mandaran a la cama y pensaba (por qué mi pueblo no será como Cicely?)
    Ver un capítulo de Doctor en Alaska de vez en cuando es simplemente bueno para el alma
    Un abrazo

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  10. Gracias, anónimo.
    Sí, esta serie es genial. Aguanta el paso del tiempo.
    Pasarán años y seguiremos hablando de ella

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  11. Hola, Luisa, te perdí la pista cuando cambié de nick (antes era te de llimona), pero ahora te voy a volver a seguir, porque esa adicción y ese sentimiento hacia Doctor en Alaska lo seguimos compartiendo. Te entiendo muy bien, cuando tengo uno de esos días repaso capítulos y más capítulos de D en A. También la tercera temporada es mi favorita.
    ¿Qué haríamos sin estos oasis frente a la desesperación y los días grises?
    Un abrazo.

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  12. bienvenioda de nuevo. Qué suerte tenerte aquí. Sí, Doctor en Alaska es magnífica. Gracias por haber regresado. Eres más que bienvenida

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