El blog de Luisa Tomás
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miércoles, 3 de noviembre de 2010
"The Vampire Diaries". Eliminando prejuicios (otra vez)
No debo preocuparme, aunque hay quien se empeñe en castigarme. "El capítulo 9 de Crónicas Vampíricas me ha encantado. Qué emoción. Qué miedo. A nadie en su sano juicio le gusta más Stefan que Damon". Eso he puesto en mi facebook hoy. Y rápidamente: "Pero cuántos años has cumplido, ¿14?"... "Mis vampiros de Bon Temps son mejores".... "Bla, bla, bla, bla...".
Sí, los vampiros de Bon Temps son mejores. No hay duda. Y no, no he cumplido 14. He cumplido 34. ¿Pero dónde está escrito que a partir de los 30 –¿o quizá de los 15?– una –una, y no uno, por dios– tenga que dejar de divertirse? En ningún sitio. Ergo... a divertirse se ha dicho.
No me cansaré de agradecer a Moltisanti su consejo: "Insiste con Crónicas Vampíricas" –Gracias, Chrisi–. He insistido y me ha vencido.
Por partes –como Damon se merienda a sus víctimas–. Mejor dicho, por puntos. Diez exactamente. Para todos aquellos que –como yo– tienen prejuicios a la hora de enfrentarse a esta estupenda serie -uf, menos mal que los vencí–. Bueno, no –qué jodido es esto de escribir del tirón–. No, no voy a dar diez razones para verla porque eso ya lo hizo mejor que nadie Moltisanti en su Carrusel –es el mejor blog de series, desde mi punto de vista–.
Así que no voy a hacer algo que ya está hecho y muy bien hecho. Intentaré desmontar prejuicios, basándome en los míos propios.
Vamos a ello:
Prejuicio 1 de seriéfilo cultureta-gafapasta (yo no llevo gafas, pero me quedarían bien): "Seguro que es un producto de y para adolescentes".
Sí, para adolescentes y para los que no lo somos. En un primer momento, y en un alarde de honestidad, la serie parece una historia más de instituto americano. Y eso está, sí, pero también hay alcohol, sexo, fiestas un tanto "incorrectas", drogas y sangre. Es decir, aquí no sale Zac Efron cantando mariconadas. Lo del instituto es sólo el decorado ideal para coger un montón de jovencitos llenos de hormonas y ponerlos a funcionar en una historia compleja.
Prejuicio 2 de adicto a "True Blood" (éste es mío): "Seguro que es un plagio de True Blood".
No, no lo es. De hecho no se parece en nada. Sólo en que hay vampiros, y nada tienen que ver con los de Bon Temps. Tampoco la historia, ni la trama principal, ni el tipo de vampiro... Nada.
Prejuicio 3 de adicto a "Crepúsculo" (éste no es mío): "Seguro que es un plagio de Twilight".
No, no lo es. "Crepúsculo" sí es un producto adolescente y puritanillo. "Crepúsculo" es a "The Vampire Diaries" lo que una balada de Glenn Medeiros a un concierto de Metallica.
Prejuicio 4 de quien va de enteraíllo porque ha hecho un curso de guión (vale, éste es mío) y hace sus pinitos: "Seguro que son personajes planos".
No, no lo son. A ver, haberlos... haylos. Se necesitan. Pero Damon emerge con una fuerza sobrehumana, como buen vampiro que es, y se convierte en un personaje imprescindible. Cruel, sarcástico, egoísta, divertido y totalmente inhumano... hasta que deja de serlo (en momentos muy concretos, claro). Y ahí nos derretimos con él. Él es el verdadero protagonista. La razón de ser. "The Vampire Diaries" es Damon. Y es un personaje de los grandes, comparable a los grandes personajes de las grandes series.
Prejuicio 5 de quien está harto de las historias de amor pastelosas y los triángulos chica-chico bueno-chico malo (vuelvo a entonar el mea culpa): "Hasta los mismísimos estoy de historias de amor".
Sí, pero el amor es un tema universal. Siempre, en cualquier historia, aparece. Aquí el triángulo tarda un poquito en verse. De hecho, al principio, ni te lo imaginas, pero cuando ves a Damon sonreír... piensas: "Esta pava no se le resiste". Es hermoso. Ahí tenemos una buena tensión. Otro buen motivo para seguir devorando capítulos.
Prejuicio 6 de quien piensa "me va a aburrir".
No, no aburre. Ingredientes: buenos personajes, una historia bien atada y un misterio que el espectador no conoce y que poco a poco va descubriéndose. Asesinatos y personajes nuevos –y misteriosos– que van entrando y de los que no sabemos nada (normal, si no entraran personajes la serie se agotaría de tantos crímenes como hay).
Prejuicio 7 de fan intransigente del mundo vampírico (1):
"No me creo a los vampiros que beben alcohol, toman café y son repelidos por la verbena".
Bueno, sí, ¿y qué? Un vampiro es ficción pura y dura, no lo olvidemos, por dios, y cada uno se inventa su vampiro como le da la gana. Y es muy divertido verlos beber.
Prejuicio 8 de fan intransigente del mundo vampírico (2):
"Paso de los vampiros a los que les da el sol".
Ya, a Edward Cullen le da y se pone a refulgir. A éstos sólo puede darles si llevan su anillo mágico que aún hoy, en el capítulo 11 de la primera temporada, que es por donde voy, sigue siendo un misterio. A Stefan y Damon puede darles el sol por el anillo. El resto de vampiros no lo tienen. No puede darles. Así son estas historias. Hay que comulgar con ruedas de molino.
Prejuicio 9 de machote acomplejado:
"Paso ya de historias protagonizadas por adolescentes cañón que vuelven locas a las chicas".
Ya, hijo, no me agotes con tus rollos de macho ibérico venido a menos. Si fuera por eso las mujeres no pisaríamos un cine: el 98% de los papeles femeninos los ocupan tías con unos físicos de escándalo. Así que, libérate. Un tío bueno-tía buena llena las salas sólo por su cara bonita. Además, ¿quién quiere ver al feo de los hermanos Calatrava?
Prejuicio 10 de adulto coñazo: "No me interesan las historias de vampiros". Ok, no insistiré entonces, pero igual sí te gustan las historias inteligentes, con una base de amor, una pizca de ironía, tres cucharadas soperas de malote irresistible, cuarto y mitad de humor negro, dos gotas de seductoras miradas, un vaso de misterio sin resolver con traje de época incluido y 200 ml de amor-odio fraternal y eterno.
Así que, como diría Loquillo, dale, "muñeca, una oportunidad"... a los chicos de Mystic Falls.
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Buena crónica sangrienta. Cada vez que pienso, "ay, parezco un cultureta-gafapasta" (saca un copyright de eso), me recuerdo a mí mismo que me gusta Conan y pelis como la primera de Predator. ¡Y a dormir tranquilo!
ResponderEliminarSaludos.
"Culturetasgafapastas". Lo acuño. Y sí, dormimos tranquilos con nuestras cosas. Tú a Conan y yo a los vampiros.
ResponderEliminarSaludos y abrazos y gracias
A mí hasta me gusta una canción (o algunas) de High School Musical ;P "Stick to the statu quo" creo que era, pero es cierto que a veces nos ponemos unos límites de edad absurdos, si la serie te hace pasarlo bien, que importa la edad. ¡Es sólo un número! Yo soy muy cultureta, aunque no tengo gafas de pasta, pero cuando me pongo una bufanda y miro como si pudiera atravesar las paredes... Me ha molado el prejuicio 9 jajajajaj. y si tiene ironía, es una buena presentación.
ResponderEliminarUn abrazo :)
A mí apúntame en los prejuicios 9 y 10.
ResponderEliminarIgor: Estoy harto de defender, siempre en el mismo bar, la importancia de Predator en la cultura occidental. La 1, ¿eh? La 2 es sólo una película.
Explorador, yo también me temo que soy un poco cultureta, pero con matices, que son muchos.
ResponderEliminar¿El prejuicio 9?
Cuenta, cuenta.
Javier,genial que te guste PRedator, pero de ahí a hacerla un hito de la cultura occidental...
En fin, tú sabrás.
Me gusta la forma de decirlo, "Ya, hijo, no me agotes..." me hace mucha gracia :)
ResponderEliminarme hace gracia que te haga gracia, Explorador
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