El blog de Luisa Tomás

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martes, 23 de noviembre de 2010

Confesiones lunáticas


Stefan Salvatore es un príncipe azul. Y, como todo el mundo sabe, los príncipes azules destiñen. Es guapo, bueno, listo, hábil, culto, honesto... En fin, que el único defecto que tiene es que es vampiro. Pero, si una se pone frívola, y dado que estamos hablando de una ficción, eso no es un problema, más bien una ventaja. Si Elena se decidiera y se pasara al lado oscuro, tendría todo un tipo a su lado per secula seculorum.

Damon Salvatore es un crápula y un gamberro, pero es divertido y encantador. Y, si rascas, hallas. Y qué hallas. Pues un corazón, vampírico, y a veces cruel, pero corazón al fin y al cabo. Y ya late por Elena. Y es ahora cuando la serie está tremendamente interesante y es más hermosa que nunca. Sí, me he rendido a los encantos de "The Vampire Diaries" con la misma facilidad, y la primera resistencia, con la que Elena parece sucumbir, aunque se niegue, a los encantos del hermanísimo.

¿Habéis visto la luna? Estos días está espléndida, plateada y fría como un cuchillo. Echando la vista atrás, he visto que el año pasado por estas fechas, también la luna llena me tenía subyugada, y a ella le escribí un post, uno de ésos -de tantos- que cuando los vuelves a leer te avergüenzas, pero qué coño, lo hecho, hecho está. También entonces, como ahora, "Doctor en Alaska" ocupaba parte de mis reflexiones. Esto me hace pensar otra vez en el tiempo como espiral y en Nietzche, o en el día de la marmota, por darle un nombre al asunto más cinematógrafico y dejar al alemán para post más concienzudos y menos espontáneos que el que ahora me ocupa. Bien, planteado esto, ¿tengo que pensar que me repito? Sí, desde luego, pero, quiero decir, ¿el año pasado por estas fechas me sentía más o menos como me siento ahora? Lo que escribía así lo pone de manifiesto. ¿O es que simplemente soy una lunática? Dejémoslo ahí, que no puedo hacer de mis lectores un psicoanalista gratuito.

Más. Sea como fuere, la Luna, Selene, Ixchel... tiene un poder de seducción al que pocos se resisten. De todos los mitos e historias de la luna, hay una historia -y cito de memoria, igual hay algún datillo que se me va- en el "Popol Vuh", libro sagrado de los mayas, que me encanta. El libro habla de la Creación -como todos los libros sagrados- y cuenta que los dioses crearon primero a los animales, pero que como éstos no tenían el don de la palabra -el verbo, tan importante en toda cultura y religión- no podían venerar a los dioes, por lo que fueron rebajados a ser espíritus inferiores. Luego se creó al hombre de barro, que hablaba, pero era frágil, no resitía al sol ni a la lluvia. Luego crearon el hombre de palo, pero no tenía sentimientos ni palabra. Entonces, los dioses enviaron el Diluvio Universal (¿os suena? Por cierto, aquí también hay un descenso a los infiernos) y los hombres que sobrevivieron a él fueron rebajados a la categoría de simios. Al tercer intento, Ixchel, la luna, molió maíz. Y al molerlo, la madre, como es mágica y fértil, obtuvo sangre. De esa sangre creó al hombre definitivo, al hombre que habla y honra a la deidad y a la que luego le debía sacrificios... de sangre, claro, con el escándalo que esto supuso para el conquistador extremeño de a pie o a caballo y católico para más señas.

Después de este rollo y de no saber muy bien por qué me estoy dispersando tanto, vuelvo al principio del post. Y a "Crónicas Vampíricas". Tengo la sensación de que esa serie es mejor de lo que parece, incluso, y de que deja sueltos bien pocos cabos, amén de tener interesantes referencias. A ver, ahora, nuestros protas andan envueltos en un lío de padre y muy chamán mío con un hechizo que tiene que ver con la condena de hombros lobos y la luna llena, los vampiros y el sol. Y anda por ahí suelta una piedra lunar, el sacrificio de sangre de una inocente y la maldición de un chamán. Para más inri, Elena está en peligro. Y quién la protege. Muy bien, los hermanos. Y en el capítulo 8 de la segunda temporada vivimos dos momentos alucinantes de los que os pongo vídeo. No puedo insertar, pero sí enlazar. Cuidado con los spóilers, aunque jamás os perdonaré que no los veais. Son dos minutos.



Total, que yo estaba en el salón tan ricamente viendo esto. Y desde la terraza se contemplaba una luna llena generosa como un pan recién horneado, pero fría, sugerente y desapacible. Pero a la vez envolvente y poderosa. Y me dio por llorar. Conclusión: soy una lunática. Y, en contra de la opinión general y aunque pueda parecer escandaloso, no me parece tan grave. Disfrutad de la luna llena. Está como para ponerse a aullar.

9 comentarios:

  1. Hola

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  2. A mí, este "porque me estoy dispersando tanto" me ha gustado. Tanto como esa luna que veo, sí, incluso en la ciudad, fría y plateada como una navaja o un cuchillo. Es distinta a la luna de verano, que parece llorar.
    La luna marca en su paso, a mí me dio por tener insomnio, y me quedé en el comedor, mirándola, envolvente.
    Un abrazo helado de finales de noviembre.

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  3. Igor, la luna de julio es maravillosa, cálida y generosa. Me gusta eso que dices de "parece llorar". ¿Insomnio? A mí me pone más sensible de lo normal, creo. Más emocional.
    Otro abrazo helado que preludie diciembre y mil gracias.

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  4. Quevedo hablaba de la sangrienta luna...se refería a los otomanos, pero siempre me ha gustado esa imagen, también las de Lorca, es como una belleza peligrosa. Pero bueno, en el mundo hay tan poca, que aún peligrosa, se agradece. Voy a intentar mirarla, que me de suerte...un abrazo :)

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  5. Otro abrazo para ti, explorador, compañero y amigo lunático
    Gracias

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  6. Quedarse mirando la Luna no es tan extraño: hay muchas noches despejadas en las que impresiona por el color, e incluso por el tamño (ehm..¿son cosas mías, o a veces parece más grande que otras?)

    De Vampire Diaries solo leí el primer libro en que se basa la serie. Aunque sea del año 91 y se note (¿fotocopias? ¿no tienen móviles?), tiene su gracia porque las cosas de las adolescentes siguen siendo las mismas.

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  7. hola, Renaissance... La serie sí tiene gracia, sí, pero yo creo que es algo más que una serie de adolescentes. De todas formas lo que yo crea no es importante: soy una lunática
    Gracias por pasar por aquí

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  8. Jajaja... tengo que reconocer que mantenía en secreto que veía esta serie (porque parece para adolescentes y una tiene que conservar su reputación :-)), pero me encanta coincidir con alguien con criterio! Muchas gracias por compartirlo.
    Besos.

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  9. Gracias a ti, Dona, yo hace tiempo que me quité el complejo. ¡Me encantan los hermanitos Salvatore!

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