El blog de Luisa Tomás

El blog de Luisa Tomás

jueves, 14 de octubre de 2010

De neurosis y otros líos mentales


No me fío de la gente que no hace las cosas con intensidad. Odio que esté de moda ser un soso, no apasionarse. El otro día, leyendo en el suplemento de El País algunos fragmentos de los escritos de Marilyn –qué pedazo de mujer, qué tristeza la suya– que van a publicar ahora, se decía esto: "La imagen que Marilyn ha dejado de sí misma esconde un alma que pocos sospechaban. De gran belleza, es un alma que la psicología barata calificaría de neurótica, como se puede calificar de neurótico a todo el que piensa demasiado, a todo el que ama demasiado, a todo el que siente demasiado". Y no puedo estar más de acuerdo.
No, no os asustéis, no voy a compararme con Marilyn. La salud de mi ego está bien, pero no tanto. Pero si voy a recoger esa afirmación y me la voy a llevar a mis terrenos.

Antes, no hace mucho, me avergonzaba cuando alguien me llamaba obsesiva cuando expresaba mi admiración y amor (sí, le voy a llamar amor. Ya no tengo pudores, y menos ahora que me asomo sin remedio a los 34) por Morante de la Puebla, al que adoro. Sí, ¿y? ¿Dónde está el problema? Sólo su madre es más morantista que yo. ¿Qué pasa? Y nadie sabe el nudo que tengo en el estómago cada vez que voy a verlo torear, aunque luego no haga na, que algo hace siempre –da gloria verlo andar–. No, no estoy obsesionada con Morante. Duermo, vivo, como, sueño, ando y me relaciono con normalidad. Pero Morante me gusta mucho.
Antes, no hace mucho, me jodía que me llamaran loca o friki por ir el mismo día del estreno –o incluso al preestreno– de las pelis de "El señor de los anillos". Por pagar reventa para ver a Springsteen. Por estar seis horas sentada en el suelo esperando ver actuar a Héroes del Silencio en un viaje de ida y vuelta a Valencia cuando la semana anterior los había visto en Sevilla. No, no estoy loca ni soy una friki (o sí, me da igual). Respiro, río y camino con normalidad. Pero "El señor de los anillos", Springsteen y los Héroes del Silencio me gustan mucho.
Antes, no hace tanto, me preocupaba que me llamaran histérica si contaba que me encanta encerrarme sola en casa, cuatro horas, a ver "Lo que el viento se llevó" y llorar a gusto. Y llorar mucho, muchísimo. No, no pasa nada. Voy al cine –mucho–, leo, cocino y paso la aspiradora con normalidad. Pero "Lo que el viento se llevó" es mi película favorita. Y, claro está, me gusta mucho.
Antes, hace sólo unos meses, podía enfadarme que alguien me dijera "adolescente" porque voy a disfrazarme de vampiresa con mi sobrina, mi hermana y mi cuñada para celebrar mi cumple, que coincide con el fin de semana del 1 de noviembre, fecha que me encanta (como todo lo que me gusta).
Me molestaba, incluso, cuando decían "¿es que no tienes nada mejor que hacer?" cuando contaba que había estado siete horas seguidas viendo "True Blood" o "Los Soprano" o "The Shield". No, no tengo nada mejor que hacer porque en ese momento es lo que quiero hacer. No, no soy una adolescente porque ya he vivido el doble que un adolescente, pero me gustaría morirme a los 90 con la misma ilusión que tenía a los 17 o incluso con la mitad de la que tengo hoy. Pero os juro que pelearé por tener, al menos, el doble. Me encantan los vampiros, me vuelve loca "True Blood" y "The Shield" y "Los Soprano". Adoro las series. Estoy currando, se me va la cabeza, y pienso en series. Voy conduciendo y se me ocurren series. Sueño con hacer series. Y creo que la primera va en camino. Pero, a pesar de todo, trabajo, cumplo, me aburro, cobro y pago hipoteca con normalidad. Pero los vampiros y las series me gustan mucho. Y me gustan mucho.
Antes, hace sólo unos días, me provocaba alguna inquietud que me dijeran que busco imposibles, que se me va la olla, que soy una soñadora, que por qué no me echo un novio "normal". Que deje de tontear con lo que no puedo tener. Que me fijara en tal o en cual, que anda coladito, y es tan majo, tan formal... Mataría y moriría por los que amo, que son pocos pero bien elegidos, pero no puedo amar lo que, a priori, no me gusta. Y si no me gusta, no quiero conocerlo más. Lo siento. Pero es que, si alguien me gusta, me gusta mucho (ya lo decía Calamaro: prefiero solamente un beso tuyo, antes que el amor de mil...). Y si me gusta mucho, lo quiero mucho. Porque querer y, sobre todo, sentir... ¡vale la pena!
Y la psicología barata califica de neurosis mi dolencia, tomo nota del diagnóstico y hago una hoguera con las recetas. Si curar mi neurosis significa dejar de sentir (y mucho) prefiero vivir enferma. Y morir sintiendo.
P.D.: Como no sé qué foto poner, pongo una de un personaje que... me gusta mucho.

6 comentarios:

  1. A la gente "normal" le da miedo tu pasión, tu entrega, tu afán por todo, a ellos el miedo les limita, les ata, y prefieren sobrevivir a vivir para no sufrir. Olvidan que sólo quien ha llorado entiende realmente la risa, quien ha perdido será siempre más feliz que quien nunca ha tenido nada.
    En fin, querida que en la vida hay Escarlatas y Melanias (que por cierto sobreviven gracias a las primeras)
    Y no te creas no estás sola.

    Besos

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  2. Quita, quita, donde esté Escarlata que se quite la otra sosita.

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  3. ¿Sosita Melania? ¿Qué película has visto, Renaissance?

    Luisa, aparte de que sté sobsesionada, neurótica o lo que digan los manuales que corresponde, lo de Los Héroes del Silencio tienes que revisarlo, de verdad. Sufro por ti cada vez que me recuerdas lo mucho que te gustan. Eso sí me parece peligroso. Lo de Morante sólo banal, sin más, como los toros que torea (de tarde en tarde).

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  4. Hola, Pilar, nunca he sentido estar sola. Es más, a veces lo agradezco. ES una cuestión de carácter.

    Renassance... yo también prefiero a Escarlata, claro, pero de Melania hay mucho que decir.

    Manon, no sufras. Estoy bien. Lo único que me duele de los Héroes es que ya no estén juntos. Y Morante, toree lo que toree, no es banal.

    Besos

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  5. No he dicho que Morante sea banal, sino que "lo de Morante" es banal. Es diferente.

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  6. Ok, Manon. Perdona que no te haya interpretado bien. Quizá sea banal, pero es divertido.

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