Se pregunta Explorador en su blog por qué escribimos. No lo sé. Ni siquiera sé si lo hago bien o mal. Escribo porque es la única forma de acercarme a lo que soy, vivo o siento. Escribo porque en días como hoy, que no escribo nada, sólo imaginando que escribo lo que me pasa puedo saber qué es, más o menos, lo que me pasa. Porque no puedo contarle al mundo el por qué de mi tristeza, igual que no pude contarle el por qué de mi exacerbado júbilo ni podré contarle por qué caminaré mañana con melancolía o abulia. Porque sólo escribiendo o imaginando un relato uno se aproxima a lo que se siente allá donde los ojos de los otros no se asoman.
Crea un personaje, dale un nombre y dile que cuente por qué se te partió el alma el jueves o por qué el sábado parecía un lunes. Exprímelo y oblígale a que cuente lo que tú no puedes decirle a nadie. Exagera, estira y pon el acento donde te dé la gana. Invéntate un mundo en el que llorar tu angustia, patalear con rabia y luego, cuando un amigo, tu vecino, el colega del bar, te llame para un cine, una cerveza, un partido de fútbol, ponle tu mejor sonrisa. El mundo te lo agradecerá.
Hoy, ni tengo personaje ni puedo con el alma. Y sólo escribiendo puedo decirlo. O sólo escribiendo puedo llorarlo. Igual que otro día, no tan lejano, no podía con la risa, ni con el latido, ni con la alegría, y sólo imaginando que lo escribía podía expresarlo en mi fuero interno, para mí, mientras había a mi alrededor quien agradecía mi sonrisa, pero no compartía mi júbilo, igual que hoy agradece mi cara serena, mi voz en calma.
Escribo porque ni yo me entiendo. Supongo.
Lo primero, muchas gracias, un honor :) Y bueno, creo que tienes razón, hay cosas que no se pueden tocar con las manos desnudas y hace falta disfrazarlas para mirarlas a los ojos. No me refiero sólo a cosas dolorosas, también euforias casi inexpresables (bueno, eso puede decirse a gritos uhhhh uhhhhhhh)
ResponderEliminarLa poesía, los mitos, las narraciones esconden otra forma de verdad profunda y sólida bajo la apariencia de una mentirijilla para que sea soportable. O no sé, quizá esto sea una divagación sin sentido. Sé que me gusta. Y sé que me encanta leeros a unos cuantos, tú entre ellos, sin duda.
Besos :)
Gracias, Explorador. A mí también me gusta leeros a otros cuantos. Tú estás ahí. Reconforta saber que hay alguien al otro lado
ResponderEliminarUn abrazo
:)
Explorador se hace buenas preguntas que ni pretendeo plantear.
ResponderEliminar¿En calma? Temo tus hurcanes como los temen los agricultores de Sant Louis, allí, en esa tierra de antiguas fronteras.
Me ha gustado, he entendido y me he visto reflejado en este final de post que es unos fuegos artificiales, con múltiples explosiones-
Y para contar, también, ¿no?
Besos.
Para contar, claro. Aunque en el mismo acto de contar ya no contamos lo que queremos contar, quizá. Bueno, esa reflexión pa otro día.
ResponderEliminar¿Explosiones, huracán?
Juraría que casi me conoces ;)
Escribir para seguir viviendo, para dejar parte del peso excesivo de la mochila, para vomitar la rabia y las lágrimas que no puedes sacar de otro modo, escribir para compartir lo bueno.
ResponderEliminarEscribir.
Creo que coincido contigo en los motivos para escribir. Son básicamente catárticos y de autoexplroación, pero entonces me pregunto: ¿por qué publicarlos en un blog, por ej.?
ResponderEliminarUn abrazoooo
Pilar, para compartir lo bueno y lo malo. Ambos. Compartir al fin y al cabo.
ResponderEliminarDona, publicarlos para compartirlos. Si no hay alguien al otro lado, muchas cosas pierden sentido. El blog, por ejemplo.
Gracias por pasarte por aquí. Le das sentido