Lo único bueno que tiene la tristeza es que no es eterna. No permanece ni dura siempre, como la juventud, como el verano. Pero cuando uno está triste no ve el fin ni la luz ni el día. Todo es gris, o más bien luto.
Lo único malo que tiene el amor es que no es eterno. No permanece ni dura siempre, como la tristeza, como el invierno. Pero cuando uno está enamorado no ve el fin ni la oscura noche. Todo es luz, casi brillo.
Así las cosas, parece imposible estar enamorado y triste a la vez. Pero nada es lo que parece, y lo que parecía imposible se convierte en más que probable. Y a uno le dan ganas de descolgar el teléfono y decir: "Olvídate de todo y vamos a ponernos tontos. Tontos como este invierno que no acaba de irse, como una tarde de tormenta que oscurece agosto. Vamos a ponernos tontos y a quitarnos la camiseta (¿quién dijo que lo de la liberación era una falacia?)".
Pero la tristeza no le deja. Y el amor, que va de la mano del orgullo, no se lo pide.
Así las cosas, parece imposible estar enamorado y triste a la vez y hacer algo para remediarlo. Pero nada es lo que parece, y lo que parecía imposible empieza a tornarse probable. Y es que la vida te enseña que nada permanece, ni siquiera la tristeza, y tampoco el amor. Y un día amanece y vuelve a ser primavera.
Pero cuando uno está triste y enamorado, no quiere que se le pase la tristeza, por si es parte del amor. No sea que al final, el amor también se acabe yendo.
Así las cosas, voy a acabar esta tontería que he escrito que no tiene ni principio ni nudo ni desenlace, ni mucho menos final. Si esto fuera un cuento, vestiría a la protagonista de pastel de cinco pisos y la llevaría al altar con el pavo al que le pidió que se quitara la camiseta, por el que se enamoró y se puso triste. Pero no es un cuento, es un post, y la protagonista, como mucho, se vestiría de merengue (para guiñarle un ojo a Mou y no irse a dormir hasta haberse bebido, al menos, la décima). Si esto fuera una reflexión, ahondaría más en la tristeza, en el amor, o en el hecho mismo de escribir. Si esto fuera un relato corto, lo habría terminado, o empezado (ninguna de las dos cosas hice) o perfilado a sus protagonistas.
Si esto no fuera una tontería, os pediría que le hicierais caso: nada permanece -ni el amor, ni la tristeza-. Pero como lo es, lo único que os pido es que, cuando estéis tristes y enamorados, tengáis valor de decir: "Vamos a ponernos tontos y a quitarnos las camisetas".
Y mañana será otro día.
difícil petición....hay camisetas que se ajustan mucho, y a veces hasta hace demasiado frío para quitárselas, y no es que se adivine en el ambiente....es que se siente!!
ResponderEliminarAnfrolia la valiente compartiendo tontunas, o estados de ánimo....según se mire.
Anfrolia, si hace frío... ya se irá templando la cosa. Siempre sale el sol, mujer.
ResponderEliminarBs
Vaya...no sabes cuanto me identifico con esta entrada...pero no vengo a hablar de mí, sino a desearte que la relativa tristeza se troque en un avance pero nunca en desencanto. Y hoy es ya un nuveo día, que deseo mejor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo, Explorador. Desencanto, jamás. La vida no está hecha para desencantarse. Todos los días amanece. Eso es genial.
ResponderEliminar¿Te sientes identificado?
Todos alguna vez nos hemos sentido así. Es lo que pretendía contar o expresar. Es un estado que sabes que acaba pasando, aunque a lo mejor tampoco quieres.
Bueno, un abrazo fuerte.
Ciao
Sí, y esá bien expresado. Pero me siento así ahora, lo qe hace la lectura más intensa...y un punto más dolorosa, pero así ha de ser. A veces es como un trance, otras como estirar un arco hasta un límite inhumano y que la flecha se pierda, aun así...pero me ha reconfortado leerte, no sabes cuanto, no tendría palabras para agradecértelo. Y que tu madridismo militante me arranque una sonrisa me encanta. Brindo por vuestra décima y todo :)
ResponderEliminarOtro abrazo :)
Me alegra reconfortarte, y arrancarte sonrisas, claro.
ResponderEliminarEs una suerte tenerte por aquí.
Gracias.
Un abrazo.
Pues para ser una tontería te ha quedado muy bien. Me gusta tu estilo.
ResponderEliminarNo siempre comento, pero sí te leo siempre.
Un abrazo!
Gran resumen y mejor consejo.
ResponderEliminarGracias, Dona. Gracias, Pilar. Qué bien teneros aquí.
ResponderEliminarBs a las 2
Felizmente nada es eterno, ni siquiera el amor. Quitarse la camiseta o ponerse la bufanda va hacer de cada instante un retazo de vida, un acomodo a la climatología del momento. Todo ha de ser aceptado y hasta la tristeza, si está bien asumida, tendrá su encanto.
ResponderEliminarPaz y amor.
Es verdad, ninguna pena ni alegria dura 100 años, ni nosotros para verlo)esto si es triste, bueno pues amí no me parece una tonteria, porque mi lema es no ver las penas, asique "siempre estoy contenta",y si estoy caidilla recurro a tu blog y enseguida me levanto.
ResponderEliminarSaludos. Paquita
Es extraño, uno vive el momento y al mismo tiempo, reflexiona sobre lo que permanece...
ResponderEliminarMe gustó mucho lo que escribiste!
Demián, Paquita, Sombrasenllamas, gracias por estar aquí y compartir impresiones. Gracias por leerme y comprenderme y participar.
ResponderEliminarUn abrazo
Luisa, se me había pasado esta tontería-relato-post-reflexión-cuento-cartadeamor o lo que sea sin principio ni final, ni falta que le hace, ya que su nudo es tan eterno como las lunas de agosto.
ResponderEliminarQue bien me lo he pasado. Ya sé, no es mi vida pero a veces se le parece. En esto de triste-enamorado-con la camiseta puesta.
Debo tomar clases de liberación y reír, que solo hay una. Voy a tomar clases de ponerme tonto y liberarme de mis orgullos, prejuicios y rabias.
Sí señora.
Un besazo.
Otro besazo para ti, Igor. Haces bien liberarte de los orgullos. No te creas, a mí me cuesta.
ResponderEliminarUn abrazo
¿El amor no es eterno?... Quizá sí. Pena que le guste tanto jugar a los disfraces.
ResponderEliminarAunque sea una frase manida, Anónimo, el amor es eterno mientras dura. Pero se acaba. Me gustaría que fuera como lo describía Quevedo, más poderoso que la propia muerte, pero la experiencia me dice que no tiene nada que ver.
ResponderEliminarGracias y abrazo