No sé muy bien qué contar. ¿True Blood? Eric me lleva de cabeza. Ahora está amnésico y me descojono, un vampiro sin memoria y con esas camisetas... ¡Bendito sea el sentido del humor de Allan Ball! ¿Juego de tronos? Estoy tan obsesionada que no tengo nada que decir. Así que, como no sé qué contar, voy a soltar algo a bocajarro y a darle a la tecla sin pensar. A ver qué pasa.
Anoche, desde mi cama, se veía la luna llena. Y eso me recordó a ti. Tampoco creas que estoy poética; también me recuerda a ti un huevo frito y cada canción, el sonido del despertador y los pelos del lavabo. Las imágenes poéticas las dejaré para días más plácidos. Las realidades matan a las metáforas.
Y no, tampoco es nostalgia de los días en los que el agua se me hacía boca si la tomaba contigo (aunque siempre preferí el tequila, que me suelta más la risa, pero es que no hay frase hecha que me venga al pelo para ponerla patas arriba).
No se asoma a mi ventana la depresión ni la melancolía, sólo la luna llena, la jodía (huy, que rimo sin querer). Y con ella el aullido, histérico y femenino, desde la tripa a la garganta, que busca, inquieto, tu grito de guerra.
Acompañaré esta luna llena con algunas soledades y mis series de cabecera. Qué curioso es el comportamiento humano, a veces tan animal. Siempre, en verano, me invade el espíritu de Doctor en Alaska. Y con él os dejo.
Pues a mí, esta manera de fluir, sin saber muy bien qué contar, mecerse en lo cotidiano, es lo que me gusta, lo que me gusta practicar, lo que me gusta leer... y tú, veo, te meces con estilo.
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Gracias, Chus A. Contar por aquí contigo es un lujazo. He tenido la suerte de conocer tu blog a través de Igor... y estoy encantada. Gracias por pasarte por aquí. Y sí, a veces lo mejor es no pensar
ResponderEliminarBs
Pues a mí el True Blood éste no me tira, es que no me tira. Ni últimamente los Aburro-Tudor, la única serie que seguía (a falta de cable, pagos y Tronos. Ayer colgé las botas (¿O las bolsas; de patatas?).
ResponderEliminarA mí me gustan cosas como las que te recuerdan a él, como un huevo frito y los pelos en el WC. Y ese aullido, tan animal como sincero. Y me gustan esta espléndida dejadez tuya, que se mueve entre la cruda realidad y la poesía. Y es que este mundo no siempre o casi jamás es lírico. Las facturas de telefónica, los móviles, el calor, el trabajo, no tienen nada de bonito.
"y yo sin un mal beso que llevarme a la boca". Esto sí lo es, porque se comprende y es de verdad.
Saludos.
Ay, Igor, es que yo soy muy seriéfila. El veneno entró en casa en forma de cablecillo demoniaco que va del portátil a la tele y es que no veo nada de nada que no sea una serie: True Blood, Treme, Juego de Tronos... Te recomiendo Treme, por lo que te dejas conocer en el blog. Quizá te guste.
ResponderEliminarY sí, hay poco o nada lírico en lo cotidiano: facturas, fin de mes, teléfonos y atascos.
Así que habrá que buscar la poesía en los besos (o su ausencia) que llevarnos a la boca, en el huevo frito y en cada canción. Y también en los pelos del WC, claro.
Gracias, Igor
Estamos igual, Luisa, sin un mal beso que llevarse a la boca, en viernes... Encontrar la poesía en los pelos del lavabo, qué grande eres! Eso es lo que nos salva, eso y el gran Chris, de Doctor en Alaska. Creo que me voy directa a un capítulo para calmar un poco mi alma.
ResponderEliminarUn abrazo, guapa!
Chris Stevens siempre reconforta, Dona. E incluso arregla los viernes tontos...
ResponderEliminar¿Poesía en los pelos del lavabo? Gracias por decir que eso que dije es poesía. Por lo demás, la lírica está donde uno la busque
Un abrazo y gracias
No sé que decir...que espero que te vaya todo bien, y que Doctor en Alaska era una molonidad :)
ResponderEliminarUn abrazo.
Va todo bien, Explorador
ResponderEliminarSí, molaba, sí
Un beso, salmantino :)
Hola. He descubierto este blog a través de una página dedicada a Doctor en Alaska. Y me parece muy interesante. Yo también soy de los que se quedaban a verla de madrugada allá por el verano del 93, y nunca la he visto completa. Tengo algunas temporadas enteras, veo de vez en cuando algún capítulo suelto... Es como si no quisiera acabar de verla, para que nunca se acabe. En mi opinión, justifica el invento de la televisión, junto a programas como la Bola de Cristal.
ResponderEliminarUn saludo.