El blog de Luisa Tomás

El blog de Luisa Tomás

martes, 10 de enero de 2012

Adiós a las musas (y a tantas cosas)

Abandonada por las musas y traicionada por el reloj. Carente de imaginación y con el tiempo en los talones. Sea por lo que sea, me siento incapaz de juntar dos letras. Y eso me sienta fatal.
Con impotencia, contemplo a las ideas descojonarse de mí en la cabeza, sin que mis dedos sean capaces de ejecutarlas sobre el teclado, ni mi verbo de darles forma, ni mi imaginación de desarrollarlas y meterles mano, deformarlas, transformarlas y dibujarlas en verso o de prosa, o de relato, o de post. Nada de nada. El vacío.
Y es una sensación desagradable, una fuerza que te coge de la mano y desea llevarte tal abismo. Oscuridad y frío. ¿Habéis sentido el pálido acero del desamor? ¿El desgarro de la decepción? ¿El dolor por la falta de empatía de aquellos a los que amáis? El temor al folio en blanco es comparable a la pena del amor cuando se acaba. Es un pozo sin principio ni fondo, no sabes muy bien cuándo entraste ni cuándo podrás salir. Y nada está en tus manos. Sólo puedes dejarte arrastrar y confiar en que, antes o después, volverá la luz a tus días.
Así las cosas, hallo consuelo en la imaginación de otros –sobre todo guionistas, gracias chicos (ojo, quizá haya spóilers)–. Y me entrego a ella. Por fin, ha vuelto "The Vampire Diaries", serie un tanto "teen" que me encanta. Y terminé la segunda de "Downton Abbey". Que me encantó y aclaró que, por muy valiente que parezca ser Matthew (el tío va a la guerra y todo, y se lo curra), no deja de ser tan mierda como el que más. Mira que huir así de la hermosa y altiva Mary, a veces tan insolente, pero bella y apacible, fingidamente fría, enamorada de él hasta las manillas... Pero cómo haces eso, chico. En fin.
Y también hallo consuelo en mi interminable paciencia, pues en ella reside la esperanza de que las musas algún día volverán a mí. Ya, habrá quien piense que la paciencia no es lo mío. Pero es apariencia. La tengo. Infinita. Inmensa. Generosa como ella sola. Sí, está mal eso de piropearse una a sí misma, pero igual es que llevo demasiado tiempo deseando, sin saber por qué ni cómo, un poco de comprensión y algo menos de silencio. Una pizca de empatía. O dos palabras: "Te entiendo". La soledad no es la falta de compañía, es la falta de comprensión.
Y os lo digo yo que deambulo sola e incomprendida por esta vorágine de la que hasta las musas se han apeado, las muy putas, y me han privado del codiciado don de la palabra precisa (si algún día lo tuve).



Matthew y Mary bailando en "Downton Abbey". Él me tiene cabreada, es un cagón.

7 comentarios:

  1. Cuando vuelvan te pillarán descansa ¿no?

    Ánimo

    ResponderEliminar
  2. Demasiado descansá, me temo. ;)
    Gracias, Pilar

    ResponderEliminar
  3. Gracias por pasarte por mi blog, me voy ahora mismo a buscar la segunda temporada de downton abbey :)
    Besos

    ResponderEliminar
  4. Magnífica reflexión sobre la soledad. Portentoso retrato del vacío creativo. Aunque, tú misma lo dices al principio: "con el tiempo en los talones". Gran enemigo, el tiempo. Es peor que el fuego.
    No tengo duda alguna que volverán. Como un estallido.
    Besotes.

    ResponderEliminar
  5. Te noto optimista. Espero (un tanto desesperada) que vuelvan.
    Bs y gracias

    ResponderEliminar
  6. Supongo que las musas, van y vienen... No hay que desesperar, "Nunca llueve eternamente" (como decía el cuervo)... Y quizá todo tiene un porque... No se mucho ni de letras ni de amores... "Pero te entiendo"... Y por cierto las musas por lo menos en tu caso, residen dentro de ti. Mira si no como desde el vacío surge tu inspiración, sin aparentemente nada que contar... lo cuentas todo... Animo... (total se acaba el mundo este año... je je je)

    ResponderEliminar
  7. Gracias por el ánimo y la confianza, Anónimo. ¿Ni de letras ni de amores? No te creo.

    ResponderEliminar