El blog de Luisa Tomás

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miércoles, 10 de agosto de 2011

Reflexiones triviales de una autobiografía sin escribir


No, ni estoy nostálgica ni añorando el pasado. O al menos no un pasado tan lejano. Con los años, estoy cada día más convencida: ésta es mi mejor foto. Y no, no estoy en plan abuela cebolleta. Corría el año 1980 y mi cara de felicidad se debe a que mi máxima preocupación era pintarme las uñas con el lápiz en el cole (preocupación que satisfacía a diario) y merendar Nocilla (cosa que pasaba los viernes aunque esos mofletes a punto de reventar indiquen que me comía los botes a cucharadas y a diario).

En estos 30 años he perdido coloretes (tiro más bien a pálida), inocencia, timidez y esa cara de alegría permanente, tranquila y plácida. La alegría del día a día que se vive sin ser consciente de que está ahí.

Entonces no sabía lo que era querer porque uno, cuando es niño, quiere por instinto. Sin razonar el amor que da ni el que recibe. Sin plantearse si hace bien o mal al querer, si debe o no debe. Sólo quiere y abraza y juega y se cae al suelo y busca los brazos que lo cuidan y protegen.

Treinta años después, he sabido que ésa es la única forma de querer posible: la que no se piensa. Ése es el querer que da brillo a la mirada e inocencia al corazón. Esa inocencia que te hace grande y generoso porque uno quiere de frente, dando la cara. Amar sin razonar y sin valorar los pros y los contras. El amor más puro es el que no se intelectualiza, sólo se siente. Porque sentir vale la pena, aunque luego se te rompa el alma.

3 comentarios:

  1. Qué razón tienes con el último párrafo. Últimametne, debido a lo que he vivido, llevo pensando que eso es una verdad como un templo. Incluso puedes estar al lado de la persona más maravillosa del mundo, racionalmente pensar que es ideal y que no encontrarás a nadie igual, pero no sentir nada. Y el corazón manda.

    Bonita reflexión!!

    Un beso!!

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  2. De triviales nada, monada, son grandes verdades. Mmmmmmmmmmmmm, la nocilla... jeje. De lo demás sólo puedo gritarte una cosa: ¡¡GUAPA!! ;)

    Cuando aprendemos a jugar con relaciones de poder y buscamos el predominio, la cosa se jode, sí. Cuando juegas al juego de tronos, sólo puedes vencer o morir.

    Un abrazo :)

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  3. Hola, Atticus... Si uno piensa y valora si está bien o mal querer a tal o cual persona... mal vamos. Ánimo, un beso.

    Explorador... ¡gracias! La nocilla... qué rica. En cuanto a las relaciones de poder... mal vamos también. Igual la vida luego es más sencilla. hay que querer sin más
    Gracias

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